[CONGREGACIONAL]
La discusión sobre si es
mejor actuar de manera planificada o desarrollar la improvisación en el servicio
devocional, se parece mucho a la discusión que se origina cuando comparamos Vaidhi
Bhakti y Raganuga Bhakti ¿Son opuestos o complementarios? Aunque tal controversia puede parecer estéril en lo teórico, al momento de participar en una Congregación que busca ser exitosa en la prédica y en el cultivo espiritual, resulta importante tener claridad de las ventajas y desventajas de la improvisación y de la planificación en nuestro actuar como devotos.
¿Cuáles
eran nuestras únicas responsabilidades en la vida?
Satisfacer nuestras necesidades básicas o, en estricto rigor, dejar que los adultos nos alimentaran y nos llevaran al baño. El resto del tiempo, simplemente lo dedicábamos a jugar, a correr, saltar, cantar, bailar, leer, ver dibujos animados, etc., en fin, a disfrutar. La única preocupación era pasarlo bien. Suena como la vida perfecta, para muchos al menos.
Satisfacer nuestras necesidades básicas o, en estricto rigor, dejar que los adultos nos alimentaran y nos llevaran al baño. El resto del tiempo, simplemente lo dedicábamos a jugar, a correr, saltar, cantar, bailar, leer, ver dibujos animados, etc., en fin, a disfrutar. La única preocupación era pasarlo bien. Suena como la vida perfecta, para muchos al menos.
Finalmente, en la vida adulta, la espontaneidad ha quedado relegada a un "rincón" pequeño y casi invisible de nuestra rutina y de nuestras acciones.
¿Cómo se puede improvisar en un mundo lleno de reglas, normas, deberes y compromisos?
Con el comienzo de la vida laboral las responsabilidades aumentan en forma considerable y, si a eso le agregamos la vida familiar, con los deberes hacia el cónyuge y/o hacia los hijos, y una casa que mantener, las responsabilidades se incrementan de manera dramática... francamente vivir la vida en forma espontánea se vuelve muy difícil así. No obstante, algunas personas se resisten a dejar de lado la espontaneidad y buscan, a toda costa, reservar un espacio a los impulsos más naturales. Pero también eso tiene un costo en nuestro mundo moderno.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicFxkEq47jRAQlN8j2-yRqmuCNQA-TIBs9-zrA8b24BN4j3wcTX55Z4LrPPo3eno6tUoHaNbSJpITHLtgTG439aXJvGc__cX928dpg9MVM_O520nrrU7h4Xj3ViM2t05RCovK7NmcCbYru/s1600/r2d2+y+c3po.gif)
Donde predomine exclusivamente el comportamiento espontáneo, la psicología postula que se presentará una inclinación a la impulsividad, a la improvisación, a la desorganización, a la inmediatez, a la falta de previsión y a la menor eficiencia. Por el contrario, en el extremo opuesto, donde prime exclusivamente el componente estructurado y organizado, tendremos rigidez, artificialidad, automatismo, problemas para improvisar y dificultades para obtener disfrute. Por tanto, para el sano desarrollo de la personalidad, una integración equilibrada entre la tendencia a disfrutar el momento presente por un lado, y saber planificar y organizar la vida, de acuerdo a nuestras responsabilidades y objetivos por otro, resulta la combinación más adecuada y saludable.
Con el comienzo de la vida laboral las responsabilidades aumentan en forma considerable y, si a eso le agregamos la vida familiar, con los deberes hacia el cónyuge y/o hacia los hijos, y una casa que mantener, las responsabilidades se incrementan de manera dramática... francamente vivir la vida en forma espontánea se vuelve muy difícil así. No obstante, algunas personas se resisten a dejar de lado la espontaneidad y buscan, a toda costa, reservar un espacio a los impulsos más naturales. Pero también eso tiene un costo en nuestro mundo moderno.
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En la práctica, querámoslo o no, ya de adultos debemos estructurar nuestra vida de forma tal que podamos cumplir con nuestros diversos compromisos y responder a nuestras obligaciones. Entonces se nos hace indispensable aprender a organizarnos y a planificar. Ahí donde antes reinaban los impulsos del momento, donde hacíamos lo que en ese instante surgía como deseo, buscando una vivencia placentera, ahora debemos imponer las decisiones pensadas, los filtros, el recato, el análisis, la precaución, "el qué dirán", los límites y la programación. El problema es que, por regla general, la programación y la estructuración no proporcionan placer en sí mismas. Y cómo todos nosotros somos almas, eternas buscadoras de placer, la inclinación natural de la mayoría debiera ser hacia el comportamiento más espontáneo. Esto significa que, cuando imponemos la organización y la planificación, lo hacemos de una forma más bien forzada, obligada por las circunstancias sin obtener, por ello, la gratificación a la cual nos inclinaríamos naturalmente. En otras palabras, estamos diciendo que, hay actividades a las cuales nos dedicaremos en forma natural y, otras, a las que tendremos que dedicarle tiempo de una forma más forzada u obligada.
¿Cómo se da esto a nivel Congregacional?
¿Qué les parecería más atractivo, que los inviten a planificar las estrategias de prédica que como comunidad tendremos durante el año, o que los inviten a un sadhu sanga, a cantar bhajans y a una fiesta de prasadam el próximo fin de semana?
La respuesta es fácil y obvia verdad.
¿De dónde viene nuestra tendencia a la espontaneidad?
Seguramente de nuestra naturaleza espiritual. Ya lo mencionamos, somos eternos buscadores de placer. Cuando estamos condicionados por la energía material ilusoria, nuestra búsqueda de placer nos lleva a la gratificación sensorial. Cuando logramos trascender esta condición, buscamos placer directamente de su fuente original: Sri Krishna. Pero, de una u otra forma, nunca podemos renunciar a la búsqueda de placer.
Seguramente de nuestra naturaleza espiritual. Ya lo mencionamos, somos eternos buscadores de placer. Cuando estamos condicionados por la energía material ilusoria, nuestra búsqueda de placer nos lleva a la gratificación sensorial. Cuando logramos trascender esta condición, buscamos placer directamente de su fuente original: Sri Krishna. Pero, de una u otra forma, nunca podemos renunciar a la búsqueda de placer.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjS6UoG4HPb7YW0w56UYj_6TfzIf5JZvTivuw-7vh2PTeX21qIfVg_fKQ0Wvf_Z9asZcSTj98i_kK7kLr0ouvGzkPTXf81mP52ICawn-oIAZjaaWQTKFr-8VGu9USg08MFi72FgylASRBt6/s320/krishnabalaram.jpg)
El sentido común y la experiencia indican que la espontaneidad en los servicios, por satisfactoria y valiosa que resulte, no es suficiente para desarrollar y expandir una congregación. Claramente se requiere efectuar una planificación en distintos niveles y asumir compromisos estables, a largo plazo. Todo lo cual también estaría acorde con el entrenamiento que Srila Prabhupada nos dejó. ¿Pero entonces donde queda de la inclinación natural hacia la espontaneidad?
El servicio devocional, cómo práctica de Bhakti Yoga, implica también las regulaciones, las austeridades. Nuestro mismo Acarya nos enseñó los aspectos de la vida regulada que cada devoto debe seguir. Nunca afirmó que eso era la meta del Bhakti Yoga, pero lo enfatizó como un medio necesario para entrenar nuestra relación de servicio devocional y desarrollar finalmente el amor espontáneo. Y nunca dijo que podíamos saltarnos esta etapa del sadhana.
Es importante tener claro, a modo de enfatizar el tema, que si no empleamos las estrategias de planificación en el servicio devocional ocurrirá una paradoja. Las instancias para disfrutar en Conciencia de Krishna terminarán disminuyendo o incluso desapareciendo. Claro, porque para efectuar programas congregacionales, fiestas y actividades de prédica, necesariamente debe existir una organización y una planificación detrás. Es imposible que consigamos 40 o 50 invitados a un programa de prédica, por ejemplo, sino desarrollamos estrategias previas que permitan convocar y atender adecuadamente a estas personas nuevas. Y para conseguir esto, lo primero es que aprendamos a asumir compromisos con la congregación, con los programas que se vayan creando, ser perseverantes y determinados con los servicios que asumamos, que aprendamos a comunicarnos, a coordinarnos, que participemos de las instancias de planificación y organización, al menos con nuestras ideas ¿Qué se pierde con intentarlo?
S.s. Janardana das.
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